El thriller nietzscheano producido por la compañía sevillana Áralan Films ya está disponible en Netflix. Hablamos con su director, Gonzalo Bendala, y sus protagonistas, Julián Villagrán y Ester Expósito

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26 Dic 2018
Alejandro Ávila
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¿Nos puede cambiar la vida en cuestión de segundos? Prácticamente sobre esta premisa se sustenta buena parte de la historia del cine. También el segundo largometraje del director sevillano Gonzalo Bendala (Asesinos Inocentes), que estrena este viernes Cuando los ángeles duermen en casi un centenar de salas de cines. Se trata de una producción de la compañía andaluza Áralan Films (Marta Velasco y Gonzalo Bendala), con participación de Netflix, Canal Sur y la Junta de Andalucía, que ya está disponible en la plataforma digital.

Julián Villagrán (Goya por Grupo 7) se encarga de llevar, junto a sus compañeras de reparto Marián Álvarez y Ester Expósito, casi todo el peso dramático de una película en la que interpreta a Germán, un oficinista pardillo al que todo el mundo ningunea y lucha por no dormirse al volante, para llegar ‘a tiempo’ al cumpleaños de su hija.

“Para mí lo importante es el final. Se me ocurrió en una de esas noches conduciendo de vuelta a casa, me estaba quedando dormido y pensé que pasaría si tuviera un accidente de esos que te cambian la vida. Lo que quiero contar es el paso del cervatillo cazado al león depredador. Esa es la curva del personaje”, explica Gonzalo Bendala.

El protagonista explica que “arranco como una persona normal, con su familia, su trabajo, coche e hipoteca y a raíz del accidente, aflora un instinto de supervivencia más oscuro”.

La película, rodada prácticamente entera de noche, se convierte en un thriller con tintes formales de terror, en el que el Así habló Zaratustra del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, que lee la esposa de Germán, nos da la clave.

Según Bendala, la película habla “del superhombre, del ser humano que tiene que romper las cadenas sometido, esclavizado y usar la fuerza como un león, para volver a nacer como un niño libre”.

Una referencia: ‘El diablo sobre ruedas’

La filosofía, la actualidad y la acción se unen en Cuando los ángeles duermen. El propio director revela que la principal referencia cinematográfica es El diablo sobre ruedas, ya que se trata de “un duelo entre dos personajes de diferentes edades, con persecuciones”. Y apunta también a La matanza de Texas (Tobe Hooper), Una historia de violencia (David Cronenberg), Mystic River (Clint Eastwood) o Match Point (Woody Allen).

Visualmente, ya desde el tráiler, hay una referencia clara: “Es la chica de la curva, pero a nivel estético. La historia va por otros derroteros, ya que es un thriller con guiños al terror. Todos los personajes están movidos por el miedo: a perder todo lo que tienen, la vida, lo desconocido, la oscuridad”, subraya el también guionista de la cinta.

Cinco semanas rodando de noche

Rodada en plena noche, durante cinco semanas en exteriores de la provincia de Sevilla (Los Palacios, Utrera, La Algaba o Dos Hermanas), tanto los intérpretes como el director destacan el impacto físico y emocional que ha supuesto el rodaje. “Gonzalo tenía muy clara la historia y el guión y rodar con él ha sido muy fácil y llevadero. A nivel físico y emocional ha sido una peli muy dura, una vez que te arremangabas y metías en el fango”, apunta Villagrán.

Ester Expósito añade que “había un nivel de tensión, estrés y nerviosismo muy intenso. El nivel iba in crescendo y en cada escena tenía que estar más cansada, en shock, revolucionada y asustada”.

Cuando los ángeles duermen. Gonzalo Bendala

Cuando los ángeles duermen. Gonzalo Bendala

Según el director, “rodar de noche te corta el ritmo, al final dormía 4 horas. Los actores han tenido mucha acción. Han hecho un esfuerzo físico y emocional, un estado emocional extremo. Ha sido muy duro para ellos. Julián dice que ha tenido que estar en ese estado emocional once horas al día durante cinco semanas y luego tiene que reponerse de ese sobreesfuerzo”.

La banda sonora la firma Pablo Cervantes. Director y compositor veían “la película con poco música, aunque al final no ha sido, ya que el 50% de la película tiene música. Aunque es muy sutil: es más atmosférica que melódica y más basada en sonoridades que en instrumentación clásica”.

Disponible en Netflix


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