Juana Acosta protagoniza con Kiti Mánver la comedia ‘El inconveniente’, ópera prima de Bernabé Rico estrenada este fin de semana en salas de cine

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19 Dic 2020
Alejandro Ávila
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Ahora y vivas. El inconveniente, la ópera prima de Bernabé Rico, se ha resignificado con la pandemia, convirtiéndose en un canto a la vida, a partir de una situación tan extraordinaria como la venta en nuda propiedad. O lo que es lo mismo: comprar un piso “con bicho dentro”. Así le ocurre a Sara (Juana Acosta) con Lola (Kiti Mánver) y su amplio piso sevillano.

La comedia, protagonizada también por Carlos Areces y José Sacristán en papeles secundario, se ha estrenado este fin de semana en salas de cine, tras su éxitos en el Festival de Málaga y Almería y las nominaciones a los Premios Feroz de ambas protagonistas.

Para la actriz hispanocolombiana Juana Acosta se trata de su primera incursión en una producción andaluza (TalyCual, La Claqueta), rodada en Sevilla, algo que le ha permitido ver “cómo se está fortaleciendo cada vez más la industria del cine andaluz. Me he encontrado con un equipo megaprofesional, entregado y amoroso”.

Cuando te llegó el guion, ¿conocías ya este tipo de ventas de viviendas llamadas en nula propiedad, es decir… “con bicho dentro”?

No. Descubrí que existe una ley para comprar apartamentos, que salen más baratos… porque tiene persona mayor dentro. No puedes entrar a vivir hasta que la persona muere. Son buenas inversiones para el que quiere comprar, porque salen más baratos. Pero, claro, está “el inconveniente” hasta que muere. Me encantó un planteamiento tan original.

Resulta bastante perverso…

Por eso es tan particular… no sabes si reír o llorar. Sara no sabe bien dónde se está metiendo. No tiene prisa, pero ella está empezando a sentir que se quiere separar y quiere tener su apartamento listo para cuando se separe. Eso le plantea un dilema entre el negocio y la moral: no soy tan mala persona de desearle la muerte a nadie, pero es mi negocio.

Bernabé Rico dirige su primera película de ficción, pero cuenta con una larga experiencia en teatro y cortometrajes. ¿Cómo ha sido trabajar con él?

Me sorprendió lo claro que tenía todo. Es una adaptación de una obra de teatro, y conocía bien los personajes. No era un director perdido, lo tenía clarísimo y así ha rodado la película. Más allá de no estar de acuerdo con algo concreto, me ha dado mucha seguridad ver tan claros sus deseos.

¿Cómo ha sido tu trabajo con la coprotagonista, Kiti Mánver?

El gran regalo de esta película ha sido trabajar con Kiti. Habíamos hecho antes una película, Una hora más en Canarias. Coincidimos ahí y me quedé con ganas de trabajar con ella. Me trajo este hermoso regalo. Con ella hay una conexión artística espectacular. Un mes antes, decidimos aprendernos la película junta: un día en su casa y otro, en la mía. Eran escenas larguísimas y el peso cae sobre las dos. Fuimos tomando decisiones juntas y viendo qué convenía más. Aprendí mucho en ese trabajo previo.

¿Y durante el rodaje?

Me siento muy cómoda en el set de rodaje y con ella hubo mucha empatía, sororidad y respeto. Estuvimos todo el tiempo cuidando la una a la otra. Aprovechábamos hasta el último minuto para trabajar y nos encerrábamos a repasar. Habíamos encontrado algo bonito, muy potente.

¿Cómo describirías a Sara, tu personaje?

Es un viaje hacia la vulnerabilidad. Sara es muy seria, se encuentra en la crisis 40, no tiene muchos amigos, tiene un matrimonio que no funciona y se encuentra muy sola. Esas dos mujeres se encuentran en sus soledades. Lola (Kiti Mánver) representa esa figura materna que nunca tuvo. Entre ella surge una amistad, a pesar de que empieza de manera conflictiva.

¿Crees que existen en la realidad mujeres tan especiales como Lola?

Totalmente. Es una loca, que está por encima del bien y del mal. No le preocupan las apariencias, solo quiere vivir y ser feliz. Tenemos muchas tonterías encima que nos impiden ser felices. Por eso, mi personaje se quita las capas, las máscaras y aprende a ser ella misma. Y Lola le enseña eso: que la vida es corta y que hay que  vivirla sin preocupaciones.

Ese mensaje parece muy propicio para estos tiempos de pandemia…

La película viene como anillo al dedo. Estamos más sensibilizados los mayores, ya que el 70% de las personas que han muerto era gente mayor. Es la historia de una octogenaria, que está muy sola. A pesar de su soledad y de tener que vender su casa a una persona más joven y de que sabe que lo que le espera es la muerte, es una mujer muy vitalista y anclada en el presente.

La película tiene un giro importante que transforma su tono de comedia en algo más dramático. ¿Cómo definirías esta película?

Como una dramedia. Son comedias que te emocionan y que te sacan una sonrisa, pero que también son capaces de plantearte dilemas morales y hacerte reflexionar.  Personalmente, me gustan mucho este tipo de comedias, que no son fáciles de hacer. La dramedia, tipo Pequeña Miss Sunshine, es un género poco explorado.

La ciudad de Sevilla aparece retratada de una manera muy hermosa, huyendo de la postal. ¿Es la primera vez que ruedas en Andalucía?

Sí, me ha encantado trabajar en Sevilla y me ha confirmado cómo se está fortaleciendo cada vez más la industria del cine andaluz. Me he encontrado con un equipo megaprofesional, entregado y amoroso. Con una calidad humana y artística sobresaliente. Me sentí supercuidada. Aunque era una producción pequeña, cuidaron hasta el último detalle y se notaba la experiencia de los equipos.

Foto: Julio Vergne


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