Continuamos conociendo a los participantes en la segunda jornada de ‘Los oficios del cine’ con esta entrevista al gaditano José Manuel García Moyano, ganador de un Goya por ‘La isla mínima’ y responsable del montaje y la postproducción de la reciente serie ‘La peste’.

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25 Ene 2018
Juan Antonio Bermúdez
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Continuamos conociendo a los participantes en nuestra segunda jornada de Los Oficios del Cine, que estará dedicada en esta ocasión al montaje y se celebrará el lunes 29 de enero en la sede en Sevilla de la Fundación Cajasol, coorganizadora junto a FilmAnd de este ciclo.

Entrevistamos ahora a José Manuel García Moyano, montador con una amplia y brillante trayectoria que le ha llevado a conseguir un Goya por La isla mínima y a estar nominado en otras tres ocasiones a los premios de la Academia, además de recibir muchos otros reconocimientos. Ha trabajado con directores como Santi Amodeo (en Astronautas o Cabeza de perro), Chema Rodríguez (en Anochece en la India y Los gigantes no existen), Hernan Zin (Nacido en Siria) o el citado Alberto Rodríguez, que ha contado con él en todas sus películas y en su reciente serie La peste.

Juan Antonio Bermúdez (JAB): Para empezar, ¿como definirías tu oficio?
José Manuel García Moyano (JMGM): El montaje es la selección y ordenación de imágenes y sonido para narrar una historia. Desde mi punto de vista el montaje es la última reescritura deguión en una película.
JAB: ¿De dónde viene tu vocación por trabajar en el cine? ¿Cómo llegaste a trabajar como montador?
JMGM: Mi vocación siempre ha sido el audiovisual y mi llegada al cine fue tras conocer a Alberto Rodríguez. Ambos trabajabamos en la televisión a principios de 1998. Primero monté un corto con él, Prólogo de una historia de carretera del proyecto Cinexin 2. A finales de aquel año, me propuso montar su primer largo, El factor Pilgrim, y desde entonces y hasta la fecha llevo montados 17 títulos en largometrajes de ficción.

Fotograma de 'La isla mínima'

Fotograma de ‘La isla mínima’

JAB: En tu experiencia como montador, ¿has solido tener mucha libertad creativa o has tenido que trabajar siguiendo instrucciones muy directas de la dirección o de otros responsables de la película?
JMGM: Depende un poco del director con el que trabajes. Por mi parte me siento muy afortunado debido a que siempre he tenido con todos ellos mucha libertad creativa.

JAB: El montaje es un oficio que ha cambiado mucho con las nuevas tecnologías. Hoy en la posproducción se recrean muchas cosas sin necesidad de rodarlas, pero ¿consideras que es real esa idea de que un buen montaje puede arreglar una película mal planteada o rodada? ¿Hasta qué punto el montaje lo puede “solucionar” todo?
JMGM: Un buen montaje puede maquillar una mala película hasta el punto de considerarla buena, podemos cambiar intenciones que se ruedan de una manera y en montaje cambiarlas si nos viene bien para la historia. Pero no creamos que el montaje es milagroso, sin un buen material de rodaje es difícil que salga una buena película.

JAB: Has trabajado mucho tanto para televisión como para cine. ¿Cuáles son las principales diferencias para un montador en un medio y en otro?
JMGM: En televisión siempre he trabajado de realizador, aunque a veces he montado en algunos proyectos. La gran diferencia es que siempre en televisión estás subordinado a un realizador que te marca las pautas. Esto, más la inmediatez con la que hay que trabajar, deja poco tiempo para la creatividad por parte del montador.
En cine tienes más libertad creativa y más tiempo para desarrollar cada proyecto.

Fotograma de 'Anochece en la India'

Fotograma de ‘Anochece en la India’

JAB: Has trabajado con muchos directores, pero llama la atención la continuidad en tus trabajos con Alberto Rodríguez. ¿Cómo es el trabajo con él? ¿Es un director que opina mucho en el montaje?
JMGM: Con Alberto llevo montado sus siete largometrajes de ficción y la serie de Movistar La peste. Por ello, el entendimiento entre los dos es fácil y fluido. En todo este tiempo, hemos labrado no solo un ambiente cordial de trabajo y comprensión, sino de amistad y admiración mutua.
A Alberto le gusta trabajarlo todo desde la verdad, que los personajes y las situaciones sean creíbles. Cada vez que comenzamos un proyecto nos hacemos dos preguntas: qué queremos contar o a dónde queremos ir. Esto nos llevaba a tener grandes charlas y probar diferentes formas de enfocar la película.
Con todos los directores, el primer paso consiste en recibir el guión. A partir de ese momento, empiezas a analizar y desglosar la película.
También, los directores te suelen dar referencias de algunas obras que ellos cogen como inspiración para el aire que quieren que tenga la película. Una vez iniciado el rodaje, ponemos en marcha la fase de premontaje, en la que personalmente trato de ir al día de lo rodado, para contarle al director cómo están los actores, cómo van funcionando las secuencias, y ver si tenemos todo lo necesario para contarlas, y a su vez tenert iempo de reacción frente a algún problema.
En esa etapa, procuro ofrecer mi opinión, pues considero importante que se tenga en cuenta mi perspectiva, que no está viciada por las circunstancias del rodaje, al ser este un momento delicado, duro y de cierta tensión. Habría que aclarar que este premontaje sólo sirve de guía para controlar y comprobar que todo va bien. Más adelante, una vez que acaba el rodaje, el director se incorpora al proceso definitivo de montaje. Ahí es cuando intercambiamos ideas y concretamos por dónde queremos que respire la película.

Fotograma de 'La peste'

Fotograma de ‘La peste’

JAB: Uno de tus últimos trabajos ha sido el montaje de La Peste. En una producción así, en la que ha sido tan importante la recreación digital (tanto de decorados como de imágenes concretas), el montador necesita trabajar con un equipo de postproducción mucho mayor, imaginamos. ¿Cómo se ha organizado ese equipo?, ¿cómo habéis trabajado en la postproducción de La Peste?
JMGM: En La peste no sólo he sido jefe de montadores, también era director de postproducción.
En montaje, el equipo se organizó con tres montadores donde cada uno de ellos tenía a su cargo dos capítulos y un ayudante de montaje que iba preparando a diario todo el material.
Durante el rodaje se iba haciendo un premontaje supervisado por mi y ya en la fase de montaje afinábamos con los directores.
Desde la fase de premontaje ya se entregaron algunos vfx [abreviatura de “efectos visuales” en inglés] por su complejidad. Una vez rodado el material de vfx se elegía la toma para enviarla a vfx y nos entregaban un concept arts para discutir sobre él y llegar a algo que nos convenciera antes de acometer el vfx.

JAB: ¿Y cuál ha sido el mayor reto que habéis tenido que afrontar en la postproducción de La Peste?
JMGM: Conseguir que el espectador se sumerja en la Sevilla del siglo XVI a pié de calle y viviéndolo como lo viviría alguien de la época.

JAB: Echando la vista atrás en tu trayectoria, que ya es bastante larga, ¿de qué trabajo te sientes especialmente satisfecho?
JMGM: De todos. De cada uno aprendo algo nuevo que me sirve para afrontar el siguiente. Si tengo que elegir alguno, me quedo con La isla mínima por lo que supuso para el cine andaluz.

JAB: ¿En qué proyectos andas ahora, si es que nos puedes contar alguno?
JMGM: En este momento me encuentro montando dos nuevos títulos: Sin aliento, del director Rumano Tudor Giurgiu y Animas, de los directores Laura Alvea y Jose Ortuño. Y en fase de premontaje de la nueva película de Santi Amodeo Yo, mi mujer y mi mujer muerta.


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