Aquí tienes la tercera entrega de las mejores series de la década, de la 20 a la 11. Revisamos producciones donde la fantasía tiene poder, como ‘La Peste’ y ‘Juego de Tronos’; y otras de corte más realista, como The ‘Virtues’ o ‘The Affair’. El denominador común: todas se han clavado en nuestro (delicado) corazón.

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11 Ene 2020
Esther Lopera
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Ahora que los Reyes Magos te han traído el clásico pijama de cuadros y la colonia “Chispas”, ya estás preparado para recibir el regalo que estabas esperando. Tenemos tu material recién salido del saco: la tercera entrega de las mejores series de la década, donde encontrarás producciones a lo grande como La Peste y Juego de Tronos, miniseries realistas como The Virtues y adaptaciones de novelas de corte feminista como Big Little Lies. ¿Preparado? Venga, que estos Reyes Magos vienen con algunos pajes que han tirado la casa por la ventana y nos han regalado críticas maravillosas.

EPISODIO III: DE LA 20 A LA 11

20 – Homecoming – Amazon Prime (2018-) – Una temporada y sigue

Sam Esmail, creador de Mr. Robot, nos lanzó esta bomba después de que Julia Roberts se enamorara de una historia que escuchó a través de un podcast y no parara hasta conseguir que se adaptara para la televisión. Además de productora ejecutiva, nuestra Pretty Woman interpreta el papel de la protagonista, Heidi Bergman, una psicóloga que trabaja en una empresa creada para tratar a soldados veteranos traumatizados.

Ver Homecoming es una delicia para todos los sentidos: desde sus planos cenitales hasta los recursos estéticos que marcan el pasado y presente, pasando por la banda sonora, que funciona como arma eficaz para marcar los momentos más tremendos. Lo único que no juega a su favor es que los capítulos son de media hora y que te los zampas en un santiamén. Aún así, esta es una de esas joyas que no hemos podido olvidar por su atrevimiento en su forma y contenido.

19 – La Peste – Movistar+ (2017-) – Dos temporadas y sigue

La Peste irrumpió en el panorama de las series con un objetivo claro: dar a Movistar una onda para luchar contra los goliats de las plataformas digitales. Léase Netflix y HBO. Con las vitrinas rebosantes de premios Goya, los cineastas sevillanos Rafael Cobos y Alberto Rodríguez (La Isla Mínima) parecían más que acreditados para afrontar la mayor superproducción de la historia de la televisión española. El resultado fue una obra caravaggiesca, que generó la enésima polémica sobre la luminosidad de nuestras ultramodernas televisiones 4K y, de rondón, el acento andaluz.

Todo quedó en agua de borrascas y La Peste embelesó a cientos de miles de espectadores con la recreación de una Sevilla oscura, medieval y asolada por la peste moral, política y bubónica. La serie de los cineastas andaluces es ya patrimonio de nuestra retina, donde aún desfila la grandeza de sus escenarios, el lujo de su vestuario y el derroche creativo de la dirección de arte.

Pero no solo. La Peste es la serie que nos brindó una trama detectivesca de época, con personajes oscuros y un gran descubrimiento: que el actor sevillano Paco León es un gran actor de drama. León Barrios nos hizo gritar de pavor con esa escalofriante escena final en la que nuestros propios pecados quedaban expiados, mientras nuestra piel ardía a la brasa. La Sevilla inquisitorial había dictado sentencia: la nueva era de la televisión española tenía liderazgo andaluz.

18 – The Knick – HBO (2014-2015) – Dos temporadas

El señor Steven Soderbergh dirige una serie sobre medicina y no sobre médicos. Habla de temas como la política, el racismo, el sexismo, la adicción a las drogas o el conservacionismo y nos presenta una serie que quizás no sea para todo tipo de espectadores. Y así lo demostró la audiencia, que no la valoró como merecía y consiguió que se cerrara con tan solo dos temporadas y a bocajarro.

Aún así, estamos ante un producto tan valiente como sorprendente y también una de esas series que merecía alguna temporada más o –cuanto menos- un final más digno para cerrar su segunda temporada. Soderbergh centra su historia a principios del siglo XX en Nueva York, y muestra la tensión entre aquellos sectores de la sociedad que creían que todo estaba cambiando demasiado rápido y los que se frustraban porque esos cambios eran todavía muy lentos.

El personaje principal, el doctor John “Thack” Thackery -interpretado por un Clive Owen perfecto- es un adicto a la cocaína, debilidad que lo hace un genio; un cirujano atrevido que avanza en su carrera con la ayuda del doctor Edwards (Andre Holland), que es igual o mejor que el doctor Thackery pero negro, con todo lo que conlleva. La fotografía y la música no tienen desperdicio alguno y todo el conjunto es digno de ver.

17 – Juego de Tronos – HBO (2011-2019) – Ocho temporadas

La frase Winter is coming quedará para siempre en nuestra memoria. Es una de esas cosas que tiene Juego de Tronos y no es para menos porque es la serie más vista de los últimos diez años en HBO. Se ha convertido en todo un fenómeno de masas y ha arrastrado consigo un marketing que da miedo.

Con ocho temporadas, la serie recorre las guerras y guerrillas entre los siete reinos de Poniente: Stark, Arryn, Tully, Lanister, Tyrell, Barathieon y Targaryen, que se dejarán la sangre (y los miembros) por el ansiado trono. Más allá de las familias y sus bastardos clavándose puñales por la espalda, hay un enemigo común: los White Walkers (caminantes blancos), un ejército de guerrilleros zombies congelados que corren que se las pelan y luchan como William Wallace.

Está inspirada en las novelas Canción de hielo y fuego escritas por el estadounidense George R. R. Martin y se ha introducido en la piel de todo bicho viviente. Si no sabes quién es Jon Snow eres un marciano. Pocas series consiguen colarse en el imaginario colectivo como lo ha hecho Juego de Tronos, y solo por ello quizás merecería estar en una de las primeras posiciones.

Perooo…tampoco hay que olvidar que algunas temporadas han flojeado cosa mala y que, más allá de los increíbles efectos visuales y de esa aura gótica que tanto nos ha enamorado, la historia se ha quedado corta en muchos capítulos. Aún así, Juego de Tronos es, sin duda, la serie que ha marcado esta década. Y a quien le pique que se rasque.

16 – Big Little Lies – HBO (2017-2019) – Dos temporadas y sigue

Big Little Lies fue la gran revelación de 2017 y muchos pensaban que en su segunda temporada decaería (como ocurrió con The Handmaid’s Tale), pero no bajó el nivel ni un ápice. La serie está basada en la novela homónima de Liane Moriarty y hace un recorrido por las vidas de Celeste, Jane y Madeline, tres madres que viven en Monterrey, un pueblo en el norte de California.

Al principio, la serie parece la prima bastarda de Mujeres desesperadas pero luego empieza a coger forma y se convierte en una crítica al papel de la mujer en una sociedad amanerada y rígida donde las apariencias son lo único que importa. El grupo de mujeres irá mostrando sus debilidades y sus fortalezas tejiendo un retrato feminista que encandila especialmente hacia el final.

Sorprende el montaje, que desgrana el nudo de la serie a pinceladas, a través de entrevistas a las protagonistas y a su entorno. Es una producción de acting y así lo demuestran la lánguida y fría Nicole Kidman y el buenorro de Alexander Skarsgard (la pareja más explosiva de la década), apoyados por Reese Witherspoon, Laura Dern, Shailene Woodley y Zoë Kravitz; las mujeres cuarentonas más molonas de la historia.

En la segunda temporada, por si fuera poco, se suma al elenco Meryl Streep, que nos regala algunos de los mejores momentos de toda la serie. Es una chuchería, presentada con una banda sonora de lujo, empezando por la intro de Michael Kiwanuka (Cold Little Heart). El mejor producto en clave femenina de esta selección.

15 – Masters of Sex – SHOWTIME (2013-2016) – Cuatro temporadas

Esta es una serie de relaciones y personajes, como tantas, sí; pero todo lo que ocurre en ella se narra con una inteligencia como en pocas. Está atravesada por la perspectiva científica del sexo en los puritanos años 60, los tabúes, lo convencional frente a lo innovador, la pasión, la verdad y la mentira y cuenta la relación de dos personajes magníficamente construidos: Bill Masters (Michael Sheen) y Virginia Johnson (Lizzy Caplan) que conviven con grandes secundarios cuyas historias enriquecen la trama.

En ella, Masters quiere descifrar las bases científicas del comportamiento sexual y pone en marcha junto a Johnson, secretaria, mujer, valiente y decidida, una profunda investigación a lo largo de cuatro fantásticas temporadas que nada tienen que envidiar a las de otras piezas de época como Mad Men o Boardwalk Empire.

14 – Making a Murderer –  NETFLIX (2015-) – Dos temporadas y sigue (esperamos que siga)

Esta serie de dos temporadas dirigida por Laura Ricciardi y Moira Demos significó la consagración de las docu-series denominadas True Crime. Explica el caso de Steven Avery, un chatarrero de la América profunda sin estudios y con un pasado complicado. Junto a su (desestructurada) familia se verá perseguido por la policía del estado de Illinois, que intentará cargarle dos muertos. Por el primero cumple una condena de 18 años, hasta que unas pruebas de ADN demuestran su inocencia.

En la segunda acusación, la propia justicia y la policía se ensaña con él para vengarse, consiguiendo encarcelarlo con pruebas dudosas y con un falso testimonio: el interrogatorio (ilegal) que la policía perpetra sobre su sobrino Brendan, un menor con un bajo coeficiente intelectual al cual presionan y manipulan para culpar a Steve y encerrarlo como cómplice de asesinato.

Los pobres Steven y Brendan continúan hoy en día en la cárcel, a la espera de que se reabra el caso, mientras el espectador continúa con la agria sensación de que jamás se hará justicia, porque significaría reconocer el fallido sistema judicial por el que se rigen los Estados Unidos.

Las directoras asumen el rol de investigadoras privadas y la cámara recorre la vida de la familia Avery, convirtiendo al espectador en testimonio único de esta tragedia judicial. La serie deja en evidencia un sistema que -según parece- yerra a menudo. Mientras esperamos una tercera temporada, albergamos la esperanza de que estos dos pobres diablos puedan salir de la cárcel. Esta serie documental rompe el corazón del más duro y hacer perder la fe en la humanidad.

 13 – The Virtues –FILMIN – (2019) – Miniserie

Joseph está obsesionado con un pasado que durante décadas ha intentado olvidar, sumergiéndose en el alcohol y las drogas. Harto de una vida sin rumbo, decide regresar a Irlanda para enfrentarse a sus recuerdos de infancia. Con esta premisa, los creadores de This is England, Shane Meadows y Jack Thorne, firman una de las mejores miniseries de la década. Un relato de amor y redención que gira entorno al personaje que interpreta Stephen Graham, a quien hemos visto en Boardwalk Empire y más recientemente en El Irlandés.

 La cámara de Meadows sigue de cerca a Joseph en su viaje para sanar sus heridas de la infancia, quieta, como testimonio único de un drama que se antoja desde el principio tan gélido como duro. El trabajo de dirección es memorable: rueda planos fríos y dirige a los personajes buscando el punto justo de hiperrealismo, huyendo del espectáculo audiovisual, con el objetivo de helarte la sangre.

Prueba de ello es la escena de Joseph con su hermana, a la que no ha visto durante 30 años. No se puede rodar una secuencia más real y menos cinematográfica. Piel de gallina. Todo ello, bien aliñado con la banda sonora, creada para la ocasión, de PJ Harvey. ¿Se puede pedir más?

Con todo, esta producción es una bella rara avis que posiciona a Shane Meadows como uno de los directores más interesantes del panorama actual.

12 – The Americans – FOX / Cuatro – (2013-2018) – Seis temporadas

Pocas series de espías aguantan seis temporadas sin que sus tramas se vuelvan inverosímiles. Una de las pocas excepciones ha sido The Americans, creada por Joe Weisberg y ambientada en la época de la Guerra Fría y que se sumerge en el día a día de una pareja de agentes soviéticos que viven de incógnito en Estados Unidos junto a sus dos hijos, simulando ser la familia perfecta norteamericana.

La clave del éxito de The Americans radica, precisamente, en profundizar en el impacto que tiene el hecho de llevar una doble vida en el matrimonio protagonista -fantásticos Matthew Rhys y Keri Russell y todas las pelucas que se ponen en las seis temporadas- así como las consecuencias que tienen sus actos en todos los que les rodean: desde sus propios hijos hasta todos sus objetivos en Washington, pasando por sus propios camaradas rusos, de cuyas ideas se sienten cada vez más alejados.

Guerra Fría, familia, lealtad e identidad: ingredientes de una serie que pasó de tapadillo pero que nos enamoró hasta su inolvidable final.

11 – The Affair – SHOWTIME/MOVISTAR + (2013-2019)- Cinco temporadas

Otra de las grandes olvidadas por las masas. Una servidora no entiende -ni entenderá jamás- cómo la audiencia no se rindió a los pies del cuarteto de personajes de esta serie, interpretados magistralmente por Dominic West, el detective borracho McNulty en The Wire; Ruth Wilson, la psicópata sexy de Luther; Joshua Jackson, el genio loco de Fringe, y Maura Tierney, la enfermera molona de Urgencias.

Aunque esta producción lo tiene todo para enamorarte, su aliciente principal es una deconstrucción de la narrativa capítulo a capítulo que te permite ver desde dos puntos de vista una misma historia, con todos sus detalles.

El amor, la traición, la pasión, la familia, la perdición y el encuentro de Noa, Helen, Alison y Cole se retan en cada temporada con el objetivo de mostrarnos la complejidad de las personas y la dificultad de tomar decisiones en esta vida. El espectador, de manera inconsciente, escoge a uno diferente en cada capítulo, se mete en sus entrañas e intenta entenderlo.

Es una delicatessen que pondrá en duda los valores que tenemos instalados en nuestro interior.

Han colaborado en este artículo los seriéfilos yonquis: Alejandro Ávila con La Peste; Zazu Jiménez con The Knick; Antonio Carralón con Masters of Sex y Josué García con The Americans (a los que les daremos un jamón ibérico).


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