Mercedes Cantero, Manuel Muñoz Rivas y José Manuel García Moyano, profesionales destacados del montaje cinematográfico, llenaron hasta la bandera la segunda sesión del ciclo ‘Los oficios del cine’, organizado en Sevilla por FILMAND y la Fundación Cajasol. La próxima cita está prevista para el 6 de marzo.

30 Ene 2018
Ignacio Gutiérrez
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“El montaje es una escritura del relato con imágenes y sonidos en lugar de palabras”. Así lo afirma el cineasta Manuel Muñoz Rivas (El mar nos mira de lejos, 2017), participante este lunes 29 de enero en el ciclo Los oficios del cine organizado por FILMAND y la Fundación Cajasol, que en esta ocasión estuvo dedicado al montaje. “En una película de ficción el relato llega muy definido a la sala de montaje”, comenta el director, “en este caso el montaje consiste en potenciar su elocuencia, arreglar las redundancias… Sin embargo, en una película de no ficción hay que buscar el propio relato dentro de la sala de montaje”, reflexionó. Junto a Muñoz Rivas participaron también el montador José Manuel García Moyano y Mercedes Cantero. Tres profesionales andaluces del montaje con una trayectoria muy destacada, de donde sobresalen títulos como Juan de los Muertos, Mi querida España y Omega, en el caso de Cantero; y Grupo 7, La Isla Mínima y la serie La Peste, en el caso de Moyano.

Manuel Muñoz Rivas, Mercedes Cantero, Juan Antonio Bermudez y Manuel García Moyano.

Manuel Muñoz Rivas, Mercedes Cantero, Juan Antonio Bermudez y Manuel García Moyano.

Para la montadora Mercedes Cantero, el montaje supone la tercera escritura del guion. Un proceso que describe como “coser la gran cantidad de imágenes y sonidos que se graban en un rodaje”. Una metáfora a la que el productor gaditano García Moyano, ganador del Goya al mejor montaje en 2015 por la Isla Mínima, añade la importancia de encontrar un sentido no solo espacial o temporal en el relato, sino emocional. “El ensamblaje puede ser invisible cuando hay un buen montaje, debemos emocionar al público”.

Respecto a la relación del trabajo entre el proceso de montaje y la dirección del filme, la montadora sevillana Mercedes Cantero piensa que la comunicación debe ser absoluta. “Debemos entender qué quiere contar el director, pero hay algo más: la historia se impone”, señala Cantero, para quien el trabajo de montadora supone una relación estrecha: “Cada proyecto me lo tomo como un matrimonio porque voy a pasar más tiempo con ese director o esa directora que con alguien de mi vida personal”, bromea. Mercedes también recibió un Goya por la coproducción hispano cubana Juan de los muertos (Alejandro Brugués, 2013). Entre sus producciones más recientes se encuentra los documentales Mi querida España (Mercedes Moncada, 2015), Triana pura y pura (Ricardo Pachón, 2013) y Omega (José Sánchez-Montes y Gervasio Iglesias, 2016).

Manuel Muñoz Rivas, durante su intervención en Los oficios del cine

Manuel Muñoz Rivas, durante su intervención en Los oficios del cine

Dialéctica para encontrar el relato

Para Manuel Muñoz el montaje es un proceso más solitario que supone “bucear en horas de material en silencio”. Para el montador, guionista y director el diálogo es fundamental para alcanzar un resultado final óptimo. “Se trata de conseguir una dialéctica, a través del diálogo se llega más lejos”. Para Muñoz Rivas la figura del montador funciona como un foco objetivo para la dirección: “Cuando diriges una película los deseos de lo que buscas te pueden cegar, el montador se aproxima a la película con distancia, el director se tiene que hacer a un lado para ver su película no como un cúmulo de frustraciones”. El sevillano Manuel Muñoz Rivas ha debutado con largometraje con El mar nos mira de lejos, que se estrenó en la Berlinale y ha sido premiado como mejor largometraje documental en los Premios ASECAN del Cine Andaluz. Estudió en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba, y ha participado en algunos de los títulos más destacados del denominado “otro cine español”, como Arraianos (Eloy Enciso, 2012), Slimane (José Ángel Alayón y Mauro Herce, 2013) o Dead Slow Ahead (Mauro Herce, 2015).

José Manuel García Moyano

José Manuel García Moyano

Inicio profesional en la sala de montaje

“Si quieres ser montador tienes que montar todo lo que llegue a sus manos, videoclips, bodas, un paseo por el parque, tu historia o la de otros”, aconseja García Moyano a todas las personas que quieran dedicarse al montaje como profesión. “Cuando te pones con el material y sientes el material es cuando aprendes”, afirma. “Yo iba dando trompicones”, explica por su parte Cantero, “empecé a trabajar en prácticas en televisión hasta que conocí a Gervasio Iglesias. Si no hubiéramos arrancado un camino tan familiar no me dedicaría a esto, formamos una estructura en el que las cosas han ido creciendo poco a poco, hemos pasado de espectáculos a videoclip, cortos, tv movies…”.

Manuel Muñoz Rivas también relata unos inicios similares que quizás indiquen una nueva manera de hacer cine: “Me ayudó la pertenencia a una familia, la gente con la que estudié en la escuela de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba”, explica el director. “Al terminar las clases hablábamos sobre de cine, veíamos películas… se creó una familia entre quienes sentíamos más afinidad creativa, un grupo de amigos que hemos ido tirando unos de otros; uno da un paso y consigue financiación para un largo; luego te toca a ti y tiras de los demás”, recuerda.

En el centro, Mercedes Cantero

Los oficios del cine a lo largo del 2018

Tras la inauguración del ciclo Los Oficios del Cine en noviembre del 2017 con una jornada sobre la dirección de fotografía, en esta ocasión fue el turno del montaje, un proceso decisivo en el resultado final del audiovisual. El ciclo Los Oficios del Cine continua a lo largo de 2018 con diferentes sesiones que acercarán al público las tareas que forman parte del proceso de creación audiovisual de la mano de profesionales de primer nivel.

Con estas jornadas, FILMAND pretende evidenciar que Andalucía es un territorio que da cobijo y donde se desarrollan profesionales del sector que son punta de lanza a nivel nacional e internacional, poseedores de los premios y reconocimientos más relevantes que se entregan fuera de nuestra región. Los oficios del cine supone una oportunidad para valorar y visibilizar el desarrollo de la industria audiovisual como motor económico, generador de empleo, atractivo turístico, marca cultural y carta de presentación de nuestra comunidad autónoma a nivel nacional e internacional.


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