El tándem creativo formado por Adrián Ramos y Oriol Segarra tiene en su historial casi una decena de cortos, premios y videoclips para Vicente Amigo, Joaquín Sabina o David Vergue

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21 Jul 2018
Ignacio Gutiérrez Torrejón
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El tándem creativo formado por Adrián Ramos y Oriol Segarra tiene en su historial casi una decena de cortos y numerosas nominaciones y premios, así como videoclips para Vicente Amigo, Joaquín Sabina o David Vergue. Nacidos en Málaga durante los ochenta, actualmente presentan su último trabajo Una china en el zapato y preparan su primer largometraje realizado con su productora Cretino Films afincada en Madrid. En esta entrevista, Ramos y Segarra nos explican al alimón cómo nació su afición al cine y porqué decidieron trabajar juntos, así como sus planes y sus proyectos profesionales a corto y largo plazo.

 

¿Qué os impulsó a estudiar y hacer cine?

El Videoclub Hollywood de Málaga, los coloquios de José Luis Garci y sus tertulianos en ¡Qué grande es el cine!, el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Málaga, y en general ver películas desde la más tierna infancia. Y a eso súmale la aventurilla que suponía venirse a Madrid con veinte años.

 

¿Y por qué decidisteis crear Cretino Films y formar un tándem creativo?

Nuestra vagancia innata nos empujó a buscar una manera de repartir el trabajo. Es la extensión natural de quedar para ver películas, que es algo que venimos haciendo desde el instituto. Solo que ahora quedamos para imaginarlas.

Creo vuestra carrera se ha centrado de momento en los cortos. ¿Por qué? ¿Lo veis como un género completo o cómo el proceso de aprendizaje para los largometrajes?

Está claro que es un proceso de aprendizaje necesario para conocer cómo funciona el lenguaje cinematográfico y la mecánica de un rodaje sin tener que depender de un gran presupuesto. Es una pena que el corto en sí no tenga estatus de género, como el relato breve en literatura, y que la industria no permita que haya directores que se dediquen exclusivamente a ello.

 

¿Cuál es vuestro corto preferido hasta la fecha? O el que os parezca más completo y mejor desarrollado…

Sin ser el más completo o desarrollado, guardamos un lugar especial en nuestro corazón para Ritmosis. Es el corto en que se asentó nuestro núcleo duro de colaboradores y nos trajo muchas alegrías inesperadas.

¿Cómo enfocáis el trabajo de creación compartida?

Nos conocemos desde hace veinte años, para lo bueno y para lo malo. Somos como compañeros de celda, acusados por un delito que no cometimos. Es importante privarse de libertad para crear. De hecho, en la ventana de nuestra oficina hay unas rejas bien hermosas.

 

¿Buscáis una estética y un lenguaje propio o estáis experimentando estilos y propuestas?

El lenguaje propio sale de manera natural, más aun siendo dos, no es algo buscado. Nos gusta experimentar pero nos da la impresión de que hagamos lo que hagamos la cabra tira al monte y todo lo que dirigimos tiende a parecerse a lo que nos gusta a los dos.

 

¿Cómo enfocáis el trabajo de los videoclips?

Lo primero que hacemos es averiguar la idea que los músicos tienen sobre su canción, y si tienen alguna preferencia sobre el videoclip la tenemos en mente como punto de partida. En ocasiones te dejan libertad total y entonces sencillamente oyes la canción para ver qué te sugiere.

¿Cómo surgió la idea del cortometraje Una china en el zapato?

Hemos conocido a muchos vendedores de cerveza chinos. Era inevitable que les hiciéramos un homenaje a esas personas anónimas que tan desinteresadamente han colaborado en nuestra felicidad.

 

Este trabajo es una apuesta arriesgada (se da incluso un aire al cine de Wong Kar Wai), ¿Ha sido algo buscado? ¿Cómo planteáis la relación entre la historia y el ritmo y la estética narrativa?

Para el retrato de la noche de Madrid nos inspiramos en las primeras películas de Wong Kar Wai y otros directores orientales. La idea era llevar la estética de los neones y la cámara en constante movimiento de cierto cine oriental a los escenarios de la noche madrileña.

¿Qué encontrará el público en esta historia?

Misterio, drama e insultos en chino mandarín. También la posibilidad de ver personajes habitualmente invisibles.

 

¿Cómo fue la financiación y la producción?

Tuvimos la suerte de conseguir una ayuda del Festival de Cine Español de Málaga, que nos ayudó a poner en marcha el proyecto. La confianza que tenía en nosotros Estela Films y todo nuestro equipo hizo el resto.

 

¿Dónde podrá verse el corto? ¿Cómo ha sido la distribución?

De momento sigue su recorrido por festivales nacionales e internacionales, sabiamente distribuido por la Agencia Freak, con quien ya tuvimos la suerte de contar en trabajos anteriores.

Ahora estáis preparando un largometraje. ¿Qué podéis contarnos sobre ese proyecto?

Es una comedia dramática sobre un detective primerizo que descubre que su mujer le está poniendo los cuernos. Decide investigar al amante de su mujer que regenta un casposo karaoke. Debería odiar a ese tipo, pero poco a poco acaba fascinado por su carismática personalidad.

 

¿Qué otros proyectos tenéis? ¿Se puede vivir solo del cine?

Tenemos otros proyectos de largometrajes, también nos encantaría escribir y dirigir una serie. Con el cine se puede malvivir de lujo, aunque hay meses en los que pasas más tiempo en casa mirando a la pared. Somos grandes amantes del gotelé.

¿Cómo veis desde vuestra trayectoria el presente y el futuro del sector audiovisual en Andalucía?

Hace muchos años que vivimos y rodamos en Madrid pero nos encantaría rodar en Andalucía. Ojalá se dé la posibilidad pronto.


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