Hasta octubre de 2017 se puede visitar en el Castillo de Santa Ana, en el puerto de la localidad almeriense de Roquetas de Mar, una exposición que evoca algunas de las películas más exitosas de la historia del cine: de Indiana Jones a Harry Potter.

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31 Jul 2017
Juan Gabriel García
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El Cinefan Festival de Úbeda, una gran fiesta en torno al cine fantástico, celebró el pasado mes de julio su quinta edición, de la que informamos en FILMAND. En este tiempo se ha consolidado como una propuesta singular y diferente dentro del panorama de festivales de cine, tanto en Andalucía como en el resto de España.

En el Cinefan las películas adquieren una dimensión metafísica. La ficción traspasa la pantalla para pisar las calles de este mágico rincón jiennense en el que los seguidores de sagas como Star Wars o Indiana Jones se transmutan en sus personajes en la vida real.

Además de todas las propuestas que han conseguido sacar adelante durante estas ediciones, y que han convertido a Úbeda en un referente para los admiradores de este cine, desde 2014 el festival impulsa una exposición que nace bajo el título Cinefan Festival Exhibition y que, hasta el próximo octubre, se puede disfrutar en el Castillo de Santa Ana de Roquetas de Mar (Almería).

Esta muestra supone una sugerente invitación para viajar al corazón de algunas de las películas y sagas más populares de la historia del cine contemporáneo del género fantástico. Se compone de réplicas exactas de vestuario, elementos de atrezzo y decoración de los originales que se utilizaron en los rodajes. En algunos casos los objetos han sido donados por profesionales que trabajaron en estas películas.

Constituye una valiosa oportunidad para descubrir o redescubrir, según la generación que nos haya tocado, estos clásicos convertidos en mito. Aprovechando esta exposición de Cinefan vamos a recorrer las sagas que se reflejan en la muestra, taquillazos que forman parte del imaginario colectivo de decenas de generaciones a las que estas películas, de alguna manera, les cambiaron la vida o, por lo menos, se la hicieron más entretenida.

Y con la excusa de esta exposición, repasamos algunas de las salas que están recogidas en ella.

Indiana Jones

George Lucas y Steven Spielberg se encuentran detrás de la gestación del arqueólogo más famoso del séptimo arte. Encarnado por Harrison Ford, su personaje más mítico junto a Han Solo, representa lo mejor del cine de aventuras de los alocados ochenta. La secuencia inicial de En busca del Arca perdida (1981), la cinta que abre la trilogía (muchos nos seguimos negando a aceptar que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal existe) ejecuta de forma perfecta la teoría sobre el guión y cómo debe ser una secuencia de apertura.

Se nos presenta al personaje del que conocemos absolutamente todos sus rasgos identificativos: látigo, sombrero, chupa, el pánico que siente por las serpientes…, en una secuencia como preludio de la acción que se va a desarrollar durante el resto del metraje. Una miniaventura, con la ya inmortal huida de ese templo que se empieza a desmoronar con una gran piedra redonda acechando la vida del Dr. Jones, que consigue que te quedes atrapado en la pantalla. Subrayado por la excelente música de John Williams.

Después vinieron Indiana Jones y el templo maldito (1984) e Indiana Jones y la última cruzada (1989) a la que se sumó Sean Connery como padre del arqueólogo y con buena parte de su rodaje cristalizado en la provincia de Almería. En 2008 ocurrió algo que no debía haber pasado nunca, una nueva entrega donde la inspiración que brilló en los tres primeros filmes también brillaba, pero por su ausencia. No han tenido suficiente y amenazan con otra entrega. A veces es mejor dejar las cosas como están.


Star Wars

Qué vamos a decir a estas alturas de  esta gran familia compuesta por ocho películas, las siete de la saga principal de Star Wars, y el spin off todavía fresco de Rogue One (2016)… (y eso que nos dejamos los dibujos animados, ewoks y especiales de Navidad a un lado). Y las que quedan, entre nuevas entregas y otros espines ofes (¿no hay término en español para este vocablo?).

No creo que exista otra serie de películas que hayan influido tanto en nuestra sociedad. Los personajes, sus dramas, el lado oscuro, el bien y el mal, la estrella de la muerte, “Que la fuerza te acompañe”…, forman parte del acervo popular cotidiano de casi toda la humanidad (Corea del Norte creo que sigue virgen en este terreno).

Y frases como “Yo soy tu padre” solo tienen un significado. Ya se lo puedes decir al hijo que acabas de conocer tras una prueba de paternidad después de muchos años, que siempre a todos los que escuchen esas palabras les vendrá la imagen de Darth Vader y, si son españoles, con la voz de Constantino Romero. Mi hijo tiene tres años y cuando oye esa frase se gira buscando con ahínco al malvado asmático.

Eso sí, desde aquí defendemos la magia de las tres primeras películas, que a la postre fueron los episodios IV, V y VI, porque en un alarde de creatividad George Lucas quiso ‘regalarnos’ una precuela en forma de trilogía. La guerra de las galaxias (1977), El imperio contraataca (1980) y El retorno del jedi (1983) tienen el sabor de lo auténtico, de las figuras corpóreas, de la mística artesanal que convierte al cine en algo tan especial.


Alien

El primer Alien, el dirigido por Ridley Scott en 1979, es una de las mejores películas del cine fantástico y de terror jamás realizada. Scott nos mostró un espacio oscuro, claustrofóbico, terrorífico e incierto, nada que ver con la versión más luminosa que impuso Star Wars. Para averiguar la dimensión que adquirió este título, aparte de las secuelas y precuelas que ha conocido y conocerá, solo hay que pensar en el puñado de escenas inolvidables que posee.

En concreto destacamos dos. Ambas espeluznantes. La primera de ellas es cuando el alien atraviesa el estómago de John Hurt con unos efectos especiales tan realistas que asustan. La otra, y atención que puede haber un spoiler por si todavía queda alguien en este planeta que no haya visto este clásico, cuando el personaje de Ian Holm, un androide, se derrite quedando solo su cabeza operativa sobre el suelo.

Esta saga de películas también nos demostró que una mujer podía ser una gran heroína. Sigourney Weber se mimetizó a la perfección en el personaje de la teniente Ripley, a la que perseguía sin descanso ese apocalíptico alien, todo un alarde en cuanto a diseño y creatividad, obra de H.R. Giger.


Depredador

 Aquí entramos en una sugestiva relación intertextual, es decir, cuando unas películas se mezclan con otras para crear una propia. Pero primero hablemos del Depredador original, Predator en inglés (1987), la película del hábil, eficaz e infravalorado John McTiernan con Arnold Schwarzenegger como protagonista.

La cinta tiene un acertado, siempre nos quedará la duda de si fue buscado o fortuito, aire a serie b que le otorga cierto encanto y, en su momento, licencia para ofrecernos una historia que ya habíamos visto varias veces antes, como por ejemplo en Alien. No deja de ser un grupo de personas huyendo de un desconocido y poderoso enemigo en un entorno hostil, ya sea en una nave espacial o en plena selva.

A los tres años tuvo una secuela (Depredador 2, 1990) y hasta 2004 las dos películas no se fusionaron con Alien vs Predator. Entre los dos extraterrestres no surgió precisamente una historia de amistad. Esta unión conoció una secuela en 2007, con el elocuente título en España de Alien vs Predator 2.


El señor de los anillos 

Otra trilogía convertida en clásico desde su origen. Peter Jackson tuvo la maestría de adaptar la obra original de Tolkien de manera bastante fidedigna. La puesta en escena resultó espectacular y el director logró el equilibrio adecuado entre el respeto a la esencia de la obra, la verosimilitud del relato y las dosis de épica apropiadas conjugando en muchos casos de forma acertada los efectos visuales.

La comunidad del anillo (2001), Las dos torres (2002) y El retorno del rey (2003) se convirtieron en rotundos éxitos, de los más grandes de la historia del cine a pesar del riesgo que suponía dar vida al mundo literario de Tolkien. Un presupuesto propicio, una recreación visual muy lograda de los personajes y su hábitat, y el talento de Jackson consiguieron que se obrase el milagro.

Milagro que no vimos ni por asomo en la posterior saga de El hobitt (2012), ejemplo de cómo estirar un libro adaptado a cine hasta lo imposible.


Harry Potter

Lo hemos dejado para el final y no por ello es menos importante, pero para los que nacimos entre la segunda mitad de los 70 y la primera de los 80 nos coge un poco a trasmano. El famoso niño mago creado por J.K. Rowling ha conocido ocho entregas entre 2001 y 2011, una por cada libro menos el último, del que se adaptaron dos películas.

Todo se inició con Harry Potter y la piedra filosofal (2001) y el éxito de las películas de este mago que estudia como internado en una especie de colegio privado es comparable al de los libros. En la vida real, como curiosidad, el quidditch, el juego que aparece en las películas, se ha convertido en un deporte con su reglamento adaptado y con la obligación de jugar con una escoba entre las piernas, el caso es que estas no vuelan como las de las películas.

Fotografías: Juan Gabriel García


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