El presidente de ASECAN, Javier Paisano, hace balance positivo y esperanzador del cine andaluz de los últimos años, al tiempo que reclama una mayor implicación institucional en cuestiones como las ayudas o la creación de una Academia del Cine Andaluz.

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14 Jul 2017
Javier Paisano
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Durante años asistí a mesas redondas organizadas por muestras y festivales de cine repartidos por la vasta geografía andaluza donde se cuestionaba una y otra vez si existía un “cine andaluz”. Aburrido de este mantra empezamos a hablar de “cine hecho en Andalucía”, que parecía que no levantaba tantas suspicacias.

Han pasado los años y el Cine Andaluz ya tiene una marca reconocida. A los pioneros, Pancho Bautista, Gonzalo García Pelayo, Antonio Gonzalo, Pilar Távora, Luis Mamerto López-Tapia, Miguel Alcobendas, Víctor Barrera, Paco Perales, Juan Sebastián Bollaín, Antonio Pérez, Carlos Taillefer, Manuel Alcalá, Nonio Parejo, Juan Manuel Calvo, Javier Ramírez, Paco Periñán, José Moreno Portales, Esteban Gallego, Antonio Gonzalo, José Luis Ruiz o Julio Diamante (entre otros) se ha sumado, ahora, una nueva generación de jóvenes que se han educado en la cultura audiovisual y que las últimas ediciones de los Premios ASECAN han ido reconociendo en los últimos tiempos y que tuvo como vértice el éxito de la película Solas de Benito Zambrano.

Vista del Teatro Lope de Vega de Sevilla en la entrega de los Premiso ASECAN del Cine Andaluz 2016. Foto: AF Picture

Vista del Teatro Lope de Vega de Sevilla en la entrega de los Premiso ASECAN del Cine Andaluz 2016. Foto: AF Picture

El cine andaluz “ya no necesita andadores” escribí con motivo del descubrimiento en la 15ª edición del Festival de Cine Español de Málaga de un buen número de títulos que consiguieron la mayoría de los galardones de aquella edición: MEJOR PELÍCULA: Els nens salvatges, de Patricia Ferreira (con participación de la productora andaluza Áralan Films). PREMIO ESPECIAL DEL JURADO: Carmina o revienta, de Paco León. MEJOR ACTRIZ: Carmina Barrios, por Carmina o revienta. MEJOR ACTOR: Antonio Dechent, por A puerta fría. Remedios Crespo, MEJOR GUIÓN NOVEL por Miel de naranjas. Cuatro de las doce películas de la sección oficial del Festival de Cine Español de Málaga eran andaluzas. La película Ali de Paco R. Baños se hizo con el premio a la ópera prima que concede ASECAN. En el mismo festival, en ZONAZINE, la película 12+1. Una comedia metafísica consiguió el premio a la mejor película y la mejor dirección para su realizador, el malagueño Chiqui Carabante. Por su parte la cinta El mundo es nuestro obtuvo el Premio del Público y su director e intérprete Alfonso Sánchez el premio al mejor actor.

Fueron películas realizadas cuando la crisis económica ya empezaba a destruir mucho del camino recorrido hasta ese momento. De hecho, fue, precisamente, esa crisis la que motivó que los gestores del Festival de Málaga mirasen a la periferia para elaborar la programación de aquel año.

El cine andaluz ha conseguido ser tenido en cuenta, tenemos en Alberto Rodríguez y el equipo fijo con el que trabaja, la generación Cinexin como mejor ejemplo. Y, cada año, un nuevo director o directora sorprende como hizo Juan Miguel del Castillo con la multipremiada Techo y comida.

Parecería que lo hemos conseguido si no fuera porque estamos ante una estatua con pies de barro. La falta de una política cultural clara por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía hace que no se piense a largo plazo, las convocatorias de ayudas se atrasan y seguimos a la espera de la promulgación de la Ley del Cine que lleva elaborándose ya cinco años.

La mayoría de los festivales y muestras de cine no asumen que están localizados en Andalucía y son muy refractarios a potenciar el producto audiovisual andaluz. Llevados por la idea del cine universal se olvidan muchas veces de que sus presupuestos son suministrados por instituciones andaluzas y que una de sus misiones primordiales debería ser la visibilización, en las mejores condiciones, del audiovisual generado en nuestras ocho provincias. Cada año es normal asistir a mesas redondas, charlas, clases magistrales donde nunca están representados los cineastas de nuestra comunidad.

La televisión pública, Canal Sur, solo asume su papel como productora (que no es poco, de hecho, suele ser el primer aldabonazo para que una película tenga posibilidades de ser rodada), pero, salvo el programa que dirige Manuel Bellido, emitido en ATV, la parrilla televisiva de ‘la nuestra’ no recoge la realidad de nuestro cine. Hace años que desapareció el programa de actualidad cinematográfica (un clásico en cualquier canal de televisión) y ni los éxitos de nuestros cineastas, ni las posibilidades de conformar una industria que genere riqueza, parece importar en las mesas de los que deciden la programación de Canal Sur.

No recuerdo ningún programa de entrevistas que invite a los hombres y mujeres del audiovisual andaluz (ya se dediquen a la dirección o a la interpretación) para hablar de sus trabajos, me refiero a programas de carácter general, no a los dedicados exclusivamente a temas culturales como Al Sur o Cultura. Andalucía al día.

Andalucía necesita una Academia de las Artes Audiovisuales, dotada económicamente y que se ocupe de defender la marca del audiovisual andaluz dándole la visibilidad que necesita para potenciar la industria. Que firme acuerdos con Educación para que el cine (utilizo la palabra cine como sinónimo de audiovisual) se convierta en materia educativa (como, por cierto, también debería ocurrir con las Artes Escénicas) para que nuestros jóvenes adquieran el criterio suficiente para valorarlo cuando consumen imágenes que ya les llegan por cualquier ventana: salas de cine, televisión, ordenadores, tablets y teléfonos móviles).

La Academia tiene que servir de interlocutor entre los profesionales y la sociedad, entre los profesionales y sus relaciones con Madrid, que se olvida, cada año de repartir los fondos estructurales que se van a la capital y a Cataluña.

Son muchas cuestiones y, en nuestras propias manos, está el empeñarnos en sacarlas adelante. ASECAN hace lo que puede cada edición de sus premios y este año cumplimos nuestro 30º aniversario; asistimos a una verdadera fiesta donde los y las cineastas encuentran un espacio para conocerse, entablar amistades y hablar de nuevos proyectos. Es, quizás, nuestro mayor logro. Y seguiremos en ello, mientras se sigan haciendo películas en Andalucía.

Nota del autor: Es evidente que a las personas nombradas en este artículo hay que sumarle muchísimas más, a todos y a todas los no reseñados les pido disculpas de antemano.

Foto de portada: Josefina Molina recibe el Premio ASECAN de Honor 2016 rodeada de otras cineastas andaluzas. AF Picture.

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