Una enmienda parcial a los Presupuestos Generales del Estado ha aprobado un aumento de los incentivos fiscales para las producciones españolas de largometrajes cinematográficos y de series de ficción, documentales y de animación. Pasan del 20% al 25% para el primer millón invertido y del 18% al 20% para el resto que exceda a esa cantidad.
El tope máximo para esta deducción, aprobada por unanimidad por la Comisión de Presupuestos del Congreso, será de 3 millones de euros y atañe tanto al coste total de la producción como a los gastos para las copias de distribución. Asimismo se incluye en la deducción el 40% de los gastos del gasto de la publicidad y la promoción. Al menos el 50 por ciento de la base de la deducción deberá corresponderse con gastos realizados en territorio español.
La suma de la deducción y de otras ayudas percibidas no podrá superar de forma ordinaria el 50% de la producción, aunque existen excepciones para las coproducciones financiadas por más de un estado miembro de la UE (60%) y para las óperas primas (hasta el 70%).
La medida ha sido bien recibida en general por el sector y en concreto la Spain Film Commission (SFC) ha emitido un comunicado en el que señala que “se trata de una mejora que nos acerca al conjunto de los incentivos fiscales existentes en Europa y va a repercutir en el número de rodajes”. SFC considera que “los datos convencerán en el futuro al gobierno de que esta medida se vaya mejorando en próximos ejercicios”.
Con esta medida, el cine español pasa a tener unos incentivos fiscales equiparables a Hungría o Noruega, pero todavía sigue bastante lejos de otros países como Francia, Irlanda o Reino Unido, donde los incentivos fiscales están por encima del 30%, se incluyen reembolsos en efectivo, el IVA por el consumo de productos audiovisuales es mucho menor y hay además otras medidas complementarias que fomentan el desarrollo del sector como las ayudas de taquilla.
