Recuperamos la entrevista que le hicimos unos meses a Alfonso Sánchez, en compañía de su “compadre” Alberto López. Sánchez participará el 6 de noviembre en ‘Los Oficios del Cine VII. La dirección’

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2 Nov 2018
Ignacio Gutiérrez Torrejón
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El actor, guionista y director sevillano Alfonso Sánchez será otro de los invitados en la séptima sesión de Los Oficios del Cine, que se celebrará el martes 6 de noviembre y estará dedicada a la dirección. Recuperamos con ese motivo la entrevista que le hicimos hace solo unos meses a él y a su “compadre” Alberto López, protagonistas de El mundo es suyo (2018), segundo largometraje dirigido por Sánchez tras el exitoso El mundo es nuestro. Los Oficios del Cine es una actividad organizada por FilmAnd en colaboración con la Fundación Cajasol y la Fundación SGAE.

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Un rodaje intenso y exigente. Persecuciones, explosiones, setenta actores y actrices, cuatrocientos figurantes y, además, cuarenta localizaciones. Aun así, una de las principales dificultades del rodaje fue evitar que la risa de los técnicos y del director se colase por los micrófonos. Regresan ‘Los Compadres’, Alfonso Sánchez y Alberto López, con El mundo es suyo una película que no es una segunda parte de su anterior trabajo, sino una historia ambientada en el mismo universo, un reflejo satírico de la vida y las rutinas de Sevilla, o de las muchas sevillas que conviven en la ciudad. Hablamos con Alfonso Sánchez, director, guionista y actor, y su compañero Alberto López, protagonistas de la película sobre cómo fue el proceso de creación y y las diferencias con El mundo es nuestro (2012).

 

La primera película se hizo con muchas ganas y pocos medios. El mundo es suyo, en cambio, ha sido una gran producción… ¿Qué mejora artística encontrará el público?

Alfonso Sánchez (AS): Sobre todo la factura. El dinero significa tiempo y el tiempo te permite cuidar más la factura de la película, esa es básicamente la diferencia con El mundo es nuestro.

Alberto López (AL): Respecto a la anterior, la factura técnica se va a notar sobresaliente. No obstante, la faceta artística, el pundonor y la artesanía es la misma. Ahí el dinero no juega ningún papel: el que tiene talento, lo tiene con diez euros o con diez mil.

Pero sí es cierto que con esta producción habéis podido hacer otro tipo de película.

AS: Evidentemente. Era muy importante hacer la película que queríamos y ese ha sido uno de los motivos por los que hemos tardado seis años. Una de las premisas de El mundo es nuestro es que fuese una película barata, abarcable. Con El mundo es suyo hemos pensado la película que nos ha dado la gana y hasta que no hemos podido hacerla no hemos parado.

 

¿Cuánto duró el proceso de gestación de El mundo es suyo?

AS: Empezamos el guion a finales del 2016 y se desarrolló durante el 2017. Un año después de terminar de escribirlo, hicimos la película.

AL: Realmente la película ronda en la mente de Alfonso desde finales del 2013. Al ver la repercusión en salas de El mundo es nuestro tuvimos claro que la gente pedía más.

 

¿El guion se escribió en un inicio teniendo presente las posibilidades que os daría la producción?

AS: En el 2013 hicimos un guion previo que se llevó  hacia delante hasta que acabó en una vía muerta. Decidimos cambiar la historia. Ana Graciani y yo nos pusimos a escribir. Hicimos un ensayo para llevarlo a teatro, para probar los gags. Finalmente se incorporó de nuevo Sergio Rubio, guionista de la primera versión y compusimos entre los tres el guion definitivo que verá la gente en el cine.

 

¿Qué escena no se os hubiera pasado por la cabeza rodar?

AS: Ninguna. En la película Scarface, Toni Montana dice “I want the world, chico, and everything in it”. Es decir, yo quiero hacerlo todo, soy capaz de hacer cualquier cosa como director. Nunca he tenido trabas creativas, sueño a lo grande. Mucha gente nos dice que si somos como Don Quijote y Sancho Panza, pero, ¿quién es el Quijote y quién, Sancho Panza? Yo creo que nos hemos juntado dos a los que nos gusta comer y beber como Sancho Panza pero luego soñar como Don Quijote.

AL: Como productores tampoco hemos tenido nunca miedo ni trabas. Si te autocensuras estás mermando una salida de creatividad. Nadie le pone trabas al otro.

 

Sevilla y su idiosincrasia  tienen un papel muy importante en la película, casi protagonista, ¿se entenderá fuera de Andalucía?

AL: No sabemos por qué no. Si entendemos películas como Reservoir Dogs de Tarantino o El gran Lebowski de los hermanos Cohen, ¿por qué no íbamos a entender una peli con vocación universal?

AS: Si miramos referentes concretos de El mundo es suyo como como After Hours de Scorsese o El gran Lebowski, vemos que son  películas en las que Nueva York y Los Ángeles son protagonistas pero todo el mundo se queda en la historia. Los americanos han conseguido que no nos preguntemos sobre la ciudad, porque nos han vendido que es universal.  ¿Por qué no hacer nosotros una película universal desde Sevilla? El conflicto que cuenta El mundo es suyo podría desarrollarse en Madrid, Ciudad de México, Ciudad del Cabo o Helsinki.

 

¿Puede considerarse ‘El mundo es suyo’ humor andaluz?

AS: No. El tipo de humor es universal, el referente del humor aquí es Willy Wilder o Azcona, que eran guionistas universales.  El humor de Miura o Jardiel Poncela, que fueron guionistas de Hollywood. Lo que pasa es que en esta película los personajes hablan con acento andaluz. Nos tenemos que quitar el complejo. En Andalucía pensamos que somos distintos, que no se nos comprende, que aquí no se nos entiende. Somos universales y se ha demostrado en muchísimas producciones.

 

La película se estrenó en la pasada edición del Festival de Málaga. ¿Cómo fue la reacción del público?

AS: Espectacular. Cinco minutos de aplausos. Los gags funcionaron uno de tras de otro y además aparecieron gags nuevos en sitios inesperados.

AL: Los dos pases se completaron tanto en el Cervantes como en el Albéniz, donde a escondidas vimos a la gente pasarlo en grande y testamos que El mundo es suyo funciona. Pensamos que se ha hecho una buena peli, una peli para el público pero fiel a los orígenes creativos de Mundo Ficción hace diez años cuando empezó todo esto.

 

¿Percibe el público diferencias entre las dos producciones?

AS: Es complicado, cuando haces una película de cabecera es muy difícil enfrentarse a la segunda porque la gente tiene muy encima la anterior. Pero esta película no es la continuación de El mundo es nuestro, pero sí forma parte del universo que creamos Alberto y yo en el año 2017.

AL: Ese feedback lo hemos tenido, hay gente a la que le gusta más El mundo es suyo, porque la ve más película y gente que prefiere la primera. Hemos intentado no defraudar, que el público vea el mismo concepto, la misma energía, la misma artesanía, la misma forma y el mismo fondo. No se ha hecho una película oportunista y eso el público lo va a notar… Podría haber sido así y podríamos haberla hecho antes…

 

¿Cómo habéis afrontado el trabajo de creación de los personajes desde vuestros primeros vídeos hasta El mundo es suyo?

AL: Como actores teníamos unas ganas infinitas de desarrollar estos personajes. Queríamos componer bien, crear conflictos sólidos y hacer una peli de verdad con unos personajes muy trabajados. La gente estaba acostumbrada a ver un diálogo en la misma dirección de pensamiento, en una localización estática. Teníamos muchas ganas de abrir la vida de los compadres al público.

AS: Nunca hemos enfrentado el trabajo como caricaturas. Nos acercamos a los personajes desde una vivencia interna. Hay referentes concretos de imitación con los que trabajamos que parten de la observación de la cotidianidad. A partir de ahí, una de las bases fundamentales de nuestro trabajo es la no crítica del personaje. Amamos al personaje con sus defectos y sus virtudes y eso es lo que hace empáticos, estén vivos, que sean de verdad.

 

¿Qué hay de los protagonistas de El mundo es suyo en Alberto López y Alfonso Sánchez?

AL: Nos gustan el vermut, las gambas y los gin-tonics.

AS: La parte de disfrutar de la vida que tienen los compadres la tenemos también nosotros. Quizás no somos tan inconscientes de la vida como son ellos.

 

¿Cuál es vuestro momento preferido de la película?

AS: El mejor momento de la película es la escena en la que los dos personajes hablan en la ribera del río. Yo creo que es el momento cumbre en mi trabajo como director. Es lo mejor que he dirigido, por lo menos del que estoy más satisfecho como director.

AL: Y como actor, el más bonito de vivir. A lo mejor no te toca en la vida rodar una escena así nunca. Fue una oportunidad. Está dirigida con una valentía abrumadora, y el equipo se implicó brutalmente. Es más, al terminare la escena nos abrazamos todos como si hubiéramos terminado o como si hubiéramos ganado el Mundial. Estábamos exhaustos pero felices.

 

¿Cuáles son vuestras expectativas?

AS: Agradar, que la gente sea feliz, que el público disfrute, que se llenen las salas y que haya un buen boca a boca.

AL: Y si a alguien no le gusta, que se la recomiende a su enemigo.


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